Delantero
27-I-89, Woundenberg (Holanda)
1´85 y 69 kg
Vitesse, FC Utrecht, Sporting
Aunque los resultados del equipo
han dejado mucho que desear, el juego ha venido acorde a dichos resultados, la
situación económica no está para muchas alegrías e institucionalmente nos hallemos cerca de
unas nuevas elecciones (cuando el presidente lleva un año en el club) debido a
diversos problemas, la renovación iniciada el pasado año en el Sporting Clube
de Portugal ha incorporado a los leoes a una serie de jugadores de un excelente
nivel llamados quién sabe, a recuperar las viejas glorias del equipo de
Alvalade frente a sus dos cada vez más poderosos rivales.
A comienzos del mes de junio del
pasado año, nos sorprendíamos con la incorporación de Rocky Van Wolfswinkel, 22
años, procedente del Utrecht y que, en
cualquier otra situación, hubiese acabado en un equipo de nivel medio alto de
las ligas alemana o inglesa, pero que, a cambio, de 5´4 millones de euros,
acabó integrando el equipo leonino.

Van Wolfwinkel está rodeado de
fútbol por todos los poros familiares; su padre es entrenador, su tío, Eric
Willaarts, fue internacional con holanda e, incluso, su suegro es el mítico
Johan Neeskenms, y comenzó a jugar en el equipo de su localidad natal –V.V.
Woudenberg- hasta que, con sólo 10 años, el Vitesse lo incorporó a su equipo.
Sus comienzos en el equipo de Arnhern no fueron sencillos, incluso tuvo que
salir a otro equipo, el AGOVV, para contar con minutos y confianza. En el año
2007 recibió el priemio de mejor jugador juvenil del campeonato, lo que llevó
al Vitesse a recuperar al jugador, en el año 2008, donde, ya con 19 años, Ricky
formaría parte del primer equipo, entrando progresivamente en el equipo durante
su primera temporada y confirmándose en la siguiente con 32 partidos y 8 goles
y formando parte de las diversas selecciones inferiores holandesas.
Así pues, el jugador dio un pequeño
salto adelante incorporándose al equipo de su ciudad, el FC Utrecht, donde ya
no necesito adaptación ni tiempo sino que con 16 goles en su primera temporada
comenzó a ser un jugador conocido en las agendas de los clubs que “pescan” en la Eredivisie buscando un
killer que recuerde a los últimos grandes delanteros salidos de la primera
categoría del fútbol holandés, ya no un Van Basten, o un Van Nistelrooy pero sí
al menos un Huntelaar, jugadores con los que comparte diversas características.
Cuando se esperaba su
incorporación a un equipo extranjero, como ya dijimos anteriormente, o a un
grande de su propia liga –con Ajax y PSV a la cabeza- el Sporting dio un golpe
de efecto –Carlos Freitas conoce un poco el negocio- e incorporó al jugador con
el objetivo de liderar el ataque y la difícil misión de hacer olvidar a
Liedson.
También hemos comentado que,
durante la temporada, “Ice Man” ha tenido diversos momentos de frío-calor, con
una serie de goles seguidos y otra serie de partidos en blanco, con encuentros
en los que, marcase o no, su presencia era continua y relevante, y otros
bastante más grises. Así pues, si sólo analizamos sus números, estos son, sin
duda, poco discutibles; si intentamos comprobar su influencia en el equipo de
un modo regular, sí podemos apreciar que en ciertos momentos es necesaria una
mayor regularidad y continuidad en su juego y mayor constancia en sus
apariciones a la hora de tomar la responsabilidad de pedir el balón y mayor
protagonismo a la hora de liderar, que es lo que se espera de él, el ataque del
equipo leonino.
Antes he cometido el error de
compararlo con tres extraordinarios delanteros holandeses, lo asumo, pero es
inevitable ver características de ellas en el jugador de Utrecht; la constancia
y capacidad rematadora de Huntelaar, siempre con la mira apuntando al marco
rival, su presencia en el área y su capacidad de incordiar a las defensas e ir
tras cualquier balón que sobrevuele el área –de esos, con tenacidad, siempre
acaba cogiéndose alguno-, pero es un jugador muchísimo más móvil que el
delantero del Schalke, capaz de caer a las bandas, de retrasar un poco su
posición si la presión del rival es muy fuerte. De Van Nisterlrooy tiene su
olfato, su inteligencia, su lectura de los espacios, la frialdad que le da el
apodo a la hora de encarar portería, cierta invisibilidad pese a que el rival
sabe que está en el área, que debe vigilarlo, que persigue cada jugada, siempre
acaba saliendo de alguna esquina y rematando un balón que nadie sabía hacia
dónde iba. Pero Van Wolfswinkel no es solamente un rematador, sino que como el
ex – delantero del Real Madrid, incluso mejor, o como el mítico Van Basten,
sabe crearse sus propias jugadas, superar a sus rivales en potencia y
velocidad, correr al espacio, ponerse en la trayectoria del centro, del pase,
del balón al espacio… No es ninguno de los tres, no es igual ni mejor, ni
siquiera pretendemos compararlos, quizá no llegue al nivel de ninguno de ellos,
quizá ni se acerque o dentro de cinco años estemos hablando del delantero
centro de la orange, pero si sigue creciendo en el Sporting no tenemos ninguna
duda de que oiremos hablar de él en no mucho tiempo cuando alguno de los
transatlánticos europeos busque un delantero. Tiempo al tiempo. Por si a
alguien le interesa, de momento su cláusula ronda los 22 millones.
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